La pintura de Julia Toledo nace desde la adversidad, como una necesidad vital ante la ausencia de voz.

Convierte el arte en el medio para expresar y visibilizar su particular manera de experimentar la vida, más allá de las palabras.

Técnicamente el color es el elemento esencial de su pintura; el color usado desde lo emocional, que fluye de su interior de manera espontánea para conectar, dialogar e interpelar al espectador.

La versatilidad del acrílico le permite crear texturas y efectos de superposición y mezcla de tonos, con un trazo libre y enérgico, lleno de matices.

Una obra cercana a la abstracción lírica, que ofrece un testimonio de resiliencia y creatividad e invita a reflexionar, valorar y celebrar la diversidad.